
Alimentos y complementos alimenticios depurativos
¿Qué alimentos debemos tomar para mantener nuestro cuerpo limpio de sustancias contaminantes?
24/09/2019

Escrito por:
Patricia Pérez
Tener una buena alimentación a diario es una tarea bastante complicada. No solo nos tenemos que preocupar de ingerir todos los nutrientes, sino que lo tenemos que hacer en las proporciones adecuadas, a las horas correctas, mezclando bien los alimentos y cocinándolos de manera correcta para que no pierdan nutrientes o no se formen sustancias indeseables como, por ejemplo, los hidrocarburos o las aminas heterocíclicas cuando llevamos los alimentos a altas temperaturas. A todo esto, hay que añadirle los aditivos que se usan en la industria alimentaria que, hoy en día, llevan prácticamente la gran mayoría de los alimentos envasados. Si comparamos los alimentos de hoy con los que se consumían en los años 50, han aumentado de manera considerable.
Podemos distinguir:
- Emulgentes
- Estabilizantes
- Gelificantes
- Colorantes
- Pesticidas como glifosfato, sulfito, nitritos...
Todos ellos funcionan como disruptores endocrinos haciendo que nuestro organismo tenga que esforzarse a diario, para que no los acumulemos, ya que podrían ocasionar un sin fin de síntomas como falta de atención, fatiga crónica, cefaleas, y problemas más graves para nuestra salud.
Pero además, también acumulamos metales pesados. Son un tipo de metales que tienen una densidad alta, unas cinco veces mayor que la del agua y, aunque los metales son imprescindibles para la salud y forman parte de la vida, este tipo de metales son tóxicos.
Para el buen funcionamiento del organismo, los metales son imprescindibles y realizan muchísimas funciones como por ejemplo:
- Ayudan a formar estructuras como el calcio o el fósforo.
- Son irremplazables para el metabolismo intermedio, como el cromo, que es esencial para la activación de la insulina; el magnesio interviene en más de setecientas reacciones químicas...
Algunos de ellos, aún teniendo una densidad relativamente alta, no son especialmente tóxicos, ni suponen un riesgo para la salud, pero todo depende de la cantidad en la que se encuentren en nuestro organismo. Pero sí hay otros que pueden presentar serios problemas de salud.
El hecho de que este tipo de metales se incorpore a nuestro organismo no es tan difícil ya que están muy extendidos en la naturaleza, en el agua de las tuberías, los plásticos, la cosmética (champús, cremas, maquillaje), en los medicamentos, en la comida envasada, en la ropa y especialmente la deportiva, en las cazuelas de aluminio que utilizamos para cocinar, en los residuos de los coches, en los aviones, y transatlánticos... sustancias que llegan al suelo y por lo tanto a la cadena alimentaria.
El sitio de acumulación depende de la naturaleza de cada persona. Puede ser que a algunos les afecte más a su capacidad pulmonar, hepática o renal; a otros en su capacidad de atención, de concentración, al sueño, a la piel o a las digestiones; a otros les pueden afectar a las articulaciones o pueden llegar a ocasionar problemas endocrinos.
Los más comunes son:
- El plomo: afecta al sistema nervioso, su acumulación nos hace más sensibles a padecer anemia, fatiga, hipertensión arterial, estreñimiento agudo, problemas óseos...
- El arsénico: puede provocar trastornos vasculares, bronquitis, náuseas, prurito generalizado, dermatitis y queratosis en la planta de los pies.
- El cadmio: puede dar lugar a dolores de cabeza, vértigos, irritabilidad, alteraciones gastrointestinales y daños renales.
- El mercurio: ocasiona irritación en la piel y mucosas. Irrita las vías respiratorias, inflamación de encías, fatiga, sabor metálico en la boca y afecta a la tiroides.
- El cobre: aunque es esencial, a altas dosis puede causar anemia, irritación de estómago e intestino.
- El níquel: puede provocar problemas de piel.
Tanto los aditivos como los metales pesados son quelantes (secuestradores o antagonistas) de micro minerales, y éstos, como ya hemos dicho, son cofactores indispensables para el buen funcionamiento del organismo, ya que sin ellos nuestro cuerpo fallaría: la actividad enzimática no se lleva a cabo de una manera correcta.
No podemos huir de ellos porque forman parte de la vida, están en la corteza terrestre. Por eso, ayudar a nuestro organismo facilitándole su eliminación, es importante para prevenir los síntomas o enfermedades que podrían llegar a ocasionarnos.
¿Cómo podemos cuidarnos?
Sobre todo en esta época del año que la contaminación está a la orden del día, es muy importante para evitar que todos estos desechos se acumulen en nuestro organismo.
Por eso se recomienda incluir en nuestra alimentación alimentos que nos ayuden a eliminarlos, como pueden ser: La clorela, la cúrcuma, el cilantro, la cebolla, el ajo, las espinacas, el aguacate, la granada, la nuez de Brasil, los espárragos y la calabaza.