
Articulaciones y frío. ¿Por qué me duelen más en invierno y cómo debo cuidarlas?
¡Que el frío no dañe tus articulaciones!
04/02/2019
Con la llegada del frío, debemos preparar nuestro cuerpo y adaptarnos a las nuevas temperaturas. Igual que cambiamos la alimentación, también debemos cambiar nuestros hábitos saludables para preparar nuestro organismo frente a los cambios climatológicos.
Una de las partes del cuerpo que más sufre con la llegada del frío son las articulaciones. Parece que asociamos frío, humedad y articulaciones a las personas de más edad, pero a todos nos afectan en mayor o menor medida. No existe una sola causa de por qué el frío afecta a nuestras articulaciones, así que en este artículo vamos a intentar dar un listado de factores que afectan a nuestras articulaciones durante el invierno, y unos pequeños consejos para poder cuidarlas y mantenerlas sanas durante la época invernal.
¿Por qué me duelen las articulaciones cuando hace frío?
Muchos expertos relacionan el dolor de articulaciones y la bajada de las temperaturas con el cambio de la presión atmosférica. Esta bajada de presión hace que nuestros músculos y tendones se contraigan produciendo rigidez en las articulaciones. Cierto es, que las personas con problemas articulares como la artritis o artrosis son más propensas a sufrir dolores que aquellas con las articulaciones más sanas. No es raro oír a personas mayores o con este tipo de dolencias decir: "me duelen todos los huesos" o incluso, nosotros mismos lo hemos pensado alguna vez.
Se ha estudiado la relación del frío y la bajada en las temperaturas con el apelmazamiento del líquido sinovial. De este depende que los cartílagos estén nutridos y evita la fricción entre articulaciones. Por lo tanto, es natural que nos duelan más las rodillas, muñecas u hombros durante el invierno.
Con el buen tiempo, llegan las excursiones, las salidas y los deportes al aire libre y el invierno, por el contrario, nos invita a quedarnos en casa debajo de la manta. Este es un factor determinante para nuestras articulaciones, pues el sedentarismo y el poco movimiento nos afecta de manera negativa. Como explicábamos en este artículo: "Entrenar en invierno" , el frío no debe pararnos para hacer ejercicio.
¿Cómo puedo proteger las articulaciones del frío?
Ya hemos explicado cómo el frío puede afectar a nuestras articulaciones. ¿Cómo podemos cuidarlas durante el invierno?
- Hacer ejercicio
Primero, no podemos dejarnos llevar por la pereza y debemos mantenernos activos. Practicar algo de ejercicio o deporte favorece el movimiento de las articulaciones y con esto haremos que estas se fortalezcan mejorando, también, la buena circulación. Es mejor empezar poco a poco, primero de manera suave y no forzando mucho nuestro cuerpo. Haciendo ejercicio de manera regular también ayudaremos a fortalecer nuestra musculatura y con ello el sistema musculoesquelético.
Debemos calentar bien antes de hacer ejercicio y más en época de bajas temperaturas. Un buen calentamiento puede prevenir muchas lesiones y el ejercicio que hagas dará mejores resultados.
- Descanso
Además del ejercicio, también es importante un buen descanso de las articulaciones. Las horas de sueño de calidad, el reposo y la relajación son buenas para tus huesos.
- Buena postura
Es importantísimo mantener una buena postura en todo momento. Mientras trabajamos frente al ordenador, al dormir, al coger peso (siempre con la espalda recta), incluso al hacer la compra y tirar del carrito. Son muchas las situaciones, a lo largo del día, en las que debemos mantener una buena postura que no dañe nuestros huesos ni los cargue con esfuerzos innecesarios.
- Abrígate bien
Tanto cuando salimos a la calle como cuando hacemos ejercicio, debemos abrigar nuestras articulaciones correctamente, evitando rigidez e hinchazón.
- Mantener una dieta equilibrada
No solo para las articulaciones, en general es recomendable mantener una dieta equilibrada. Comer de manera sana aportará muchos beneficios a nuestro organismo. Por ejemplo, comer frutas y verduras a diario nos aportará vitamina C, con propiedades antioxidantes y que favorece a la creación de colágeno, perfecto para mantener en buen estado nuestras articulaciones. Hay alimentos que ayudan especialmente como, por ejemplo, el brócoli, los frutos rojos, la naranja o el aceite de oliva, entre otros.
Además de la vitamina C, la vitamina D es altamente recomendable para nuestros huesos. Esta es la encargada de absorber el calcio y la podemos obtener del sol y de alimentos como pescados (salmón, atún, caballa), queso, huevos y leche.
- Fortalecer los huesos con algún complemento natural
Además de estos hábitos, podemos ayudar a nuestras articulaciones con algún complemento de carácter natural.
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¡Que el frío no dañe tus articulaciones! Con unos buenos hábitos saludables como una correcta alimentación, actividad regular y la ayuda de algún complemento, podemos proteger nuestras articulaciones frente a las bajas temperaturas y lograr un fuerte sistema articular y unos huesos sanos.